domingo, 27 de diciembre de 2009

ANTIBIOTICOS Y DEFECTOS AL NACIMIENTO

Un estudio de los CDC relaciona dos antibióticos con defectos congénitos
Sin embargo, no se encontró riesgo añadido para los antibióticos de uso más común

Traducido del inglés: martes, 3 de noviembre, 2009


LUNES, 2 de noviembre (HealthDay News/DrTango) -- Tomar antibióticos durante el embarazo no aumenta el riesgo para la mayoría de defectos congénitos, aunque hay algunas excepciones, encontró una investigación reciente.

La penicilina, que es el antibiótico de uso más común durante el embarazo, además de la eritromicina, las cefalosporinas y las quinolonas, otros antibióticos muy recetados, no se asociaron con un mayor riesgo para unos treinta defectos congénitos distintos.

Sin embargo, el estudio encontró que dos tipos de antibióticos se relacionaban con un mayor riesgo para varios defectos congénitos. Se trata de las nitrofurantoinas y las sulfonamidas, que a veces se conocen como "medicamentos de sulfa", que se recetan para infecciones del tracto urinario y de otros tipos.

Las mujeres cuyos hijos sufrían de anencefalia, una malformación letal del cráneo y el cerebro, tenían tres veces más probabilidades de haber tomado sulfonamidas, encontró el estudio. Las sulfonamidas también se relacionaron con un mayor riesgo de defectos cardiacos como el síndrome del corazón izquierdo hipoplástico y la coartación de la aorta, la atresia coanal (un bloqueo de los conductos nasales), la deficiencia transversal de las extremidades y la hernia diafragmática, una apertura anormal del diafragma que resulta en dificultades graves para respirar.

Las nitrofurantoinas también se asociaron con defectos congénitos múltiples, entre ellas anoftalmia y microftalmos (defectos oculares) y defectos cardiacos congénitos graves. Las madres cuyos hijos nacieron con el labio o el paladar hendido tenían dos veces más probabilidades de haber tomado nitrofurantoinas, encontró el estudio.

Pero las mujeres embarazadas no deben preocuparse en exceso si necesitan un antibiótico para tratar una infección durante el embarazo, enfatizó la autora principal del estudio Krista Crider, genetista del Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU.

"El mensaje más importante es que los antibióticos de uso más común no parecen estar asociados con los defectos congénitos que estudiamos", señaló Crider.

Los hallazgos aparecen en la edición de noviembre de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Crider y colegas analizaron datos sobre más de 13,000 mujeres cuyos bebés sufrían de uno de más de treinta defectos congénitos, entre ellos paladar hendido, defectos cardiacos o de las extremidades, y anencefalia. Compararon los índices de uso de antibiótico de las mujeres, desde el mes antes del embarazo hasta el final del primer trimestre, con los de casi 5,000 mujeres cuyos hijos no sufrieron defectos congénitos. Los datos fueron recogidos del Estudio nacional de prevención de defectos congénitos, que comenzó en 1997 y que incluye a unas 30,000 mujeres en diez estados.

Hay una triste carencia de información sobre el impacto de muchos fármacos recetados sobre los fetos en desarrollo, señaló Crider. Gran parte de esto se debe al hecho de que las consideraciones éticas excluyen la posibilidad de llevar a cabo ensayos farmacológicos con mujeres embarazadas, apuntó.

Aunque muchos antibióticos se han usado con seguridad durante décadas, las cepas bacterianas resistentes están obligando a los médicos a usar una variedad más amplia de estos fármacos. Sobre algunos hay muy pocos datos.

Los investigadores encontraron que alrededor del treinta por ciento de las mujeres tomaron un antibiótico entre los tres meses previos a la concepción y el final del embarazo.

Se encontró que incluso los antibióticos que por lo general eran seguros se asociaban con unos cuantos defectos congénitos específicos. Las mujeres cuyos bebés nacieron con un cierto tipo de malformación de las extremidades tenían tres veces más probabilidades de haber tomado penicilina. La eritromicina, las cefalosporinas y las quinolonas también se asociaron con un mayor riesgo de uno o dos defectos congénitos específicos.

Sin embargo, los investigadores dijeron que no sabían si los defectos congénitos eran causados por los antibióticos o la infección subyacente.

Una experta apuntó que las mujeres también necesitan recordar el bien que los antibióticos pueden hacer por madre y bebé. Aunque muchas mujeres embarazadas desean evitar tomar cualquier fármaco durante el embarazo, las infecciones representan un peligro para la madre y el bebé y con frecuencia hay que tratarlas, comentó la Dra. Jennifer Wu, obstetra y ginecóloga del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.

"Las infecciones sin tratar durante el embarazo pueden llevar a consecuencias graves, tales como sepsias [infección sanguínea] en la madre y parto prematuro", advirtió Wu. "Pero muchos pacientes temen tomar medicamentos como los antibióticos durante el embarazo".

El estudio "respalda la evidencia de que los antibióticos son seguros para las mujeres embarazadas", apuntó. "Tener más datos sobre los medicamentos necesarios para el embarazo es tranquilizador para médicos y pacientes".

Crider también enfatizó que las probabilidades de tener un bebé con un defecto congénito siguen siendo bajas, incluso si el antibiótico se ha relacionado con un riesgo elevado. Por ejemplo, el riesgo de tener un hijo con síndrome de corazón izquierdo hipoplástico es de uno en 4,200. Las sulfonamidas se asociaron con un aumento de tres veces en el riesgo, llevando las probabilidades a alrededor de una en 1,400, apuntó.

Entre los nombres de marca de las nitrofurantoinas se encuentran Furadantin, Macrobid y Macrodantin. Bactrim y Septra están entre los nombres de marca de las sulfonamidas.

En vista de los datos, Crider dijo que las mujeres deben tener cuidado al tomar cualquiera de esos medicamentos durante el embarazo, y deben consultar otras opciones con sus médicos.

Según el estudio, el riesgo general de tener un hijo con un defecto congénito es de alrededor de tres por ciento.

El estudio no evaluó defectos cromosómicos, como el síndrome de Down.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare


FUENTES: Krista Crider, Ph.D., geneticist, National Center on Birth Defects and Developmental Disabilities, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Jennifer Wu, M.D., obstetrician-gynecologist, Lenox Hill Hospital, New York City; November 2009, Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine

HealthDay

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