jueves, 24 de diciembre de 2009

SIDA SINTOMAS Y EXAMENES

Síntomas
Los síntomas del SIDA son principalmente el resultado de infecciones que normalmente no se desarrollan en personas con un sistema inmunitario sano. Estas se llaman "infecciones oportunistas".

El VIH agota el sistema inmunitario de las personas con SIDA, que quedan muy susceptibles a dichas infecciones oportunistas. Los síntomas comunes son fiebre, sudores (particularmente en la noche), ganglios linfáticos inflamados, escalofríos, debilidad y pérdida de peso.


Nota: la infección inicial con VIH puede no producir ningún síntoma. Sin embargo, algunas personas sí experimentan síntomas seudogripales con fiebre, erupción cutánea, irritación de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, generalmente dos semanas después de contraer el virus. Algunas personas con infección por VIH permanecen por años sin síntomas entre el momento en que estuvieron expuestas al virus y cuando desarrollan el SIDA.

Pruebas y exámenes
La siguiente es una lista de infecciones y cánceres relacionados con el SIDA que las personas con esta enfermedad adquieren a medida que su conteo de CD4 disminuye. Anteriormente, tener SIDA se definía como tener infección por VIH y adquirir una de estas enfermedades adicionales. Hoy en día, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, a una persona también se le puede diagnosticar SIDA si tiene un conteo de CD4 por debajo de 200, incluso si no tiene una infección oportunista.

El SIDA también se puede diagnosticar si una persona desarrolla una de las numerosas infecciones y cánceres que ocurren más comúnmente en personas con infección por VIH. Estas infecciones son poco frecuentes en personas con un sistema inmunitario sano.

Las células CD4 son un tipo de células inmunitarias y también se llaman "linfocitos T" o "linfocitos T cooperadores."

Se pueden presentar muchas otras enfermedades y sus respectivos síntomas además de las que aparecen en esta lista.

Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 350 células/mcl:

Virus del herpes simple: causa úlceras o vesículas en la boca o en los genitales; se presenta con más frecuencia y generalmente con mucha más severidad en una persona infectada con VIH que antes de la infección.
Tuberculosis: infección con la bacteria de la tuberculosis que afecta sobre todo a los pulmones, pero puede afectar a otros órganos como los intestinos, el revestimiento del corazón o los pulmones, el cerebro o el revestimiento del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal.
Candidosis bucal o vaginal: infección por hongos levaduriformes en la boca o en los genitales.
Herpes zoster (culebrilla): úlceras/vesículas sobre un parche de piel, causadas por la reactivación del virus varicella-zóster.
Linfoma no Hodgkin: cáncer de los ganglios linfáticos.
Sarcoma de Kaposi: cáncer de la piel, los pulmones y los intestinos, asociado con un virus del herpes (HHV-8). Esta afección puede ocurrir con cualquier conteo de CD4, pero con más probabilidad en conteos de CD4 bajos, y es más común en hombres que en mujeres.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 200 células/mcl:

Neumonía por Pneumocystis carinii: neumonía PCP, ahora llamada neumonía por Pneumocysti jiroveci.
Esofagitis por Cándida: infección dolorosa del esófago causada por hongos levaduriformes.
Angiomatosis bacilar: lesiones cutáneas causadas por una bacteria llamada Bartonella, que generalmente se adquiere por arañazos de gato.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 100 células/mcl:

Meningitis criptocócica: infección del revestimiento del cerebro.
Demencia por SIDA: deterioro y disminución de las funciones mentales causadas por el VIH en sí.
Encefalitis por toxoplasmosis: infección del cerebro causada por un parásito, llamado Toxoplasma gondi, que se encuentra frecuentemente en las heces de gato y que causa lesiones (úlceras) en el cerebro.
Leucoenfalopatía multifocal progresiva: una enfermedad viral del cerebro causada por un virus (llamado virus JC), que causa un declive rápido en las funciones mentales y físicas.
Síndrome consuntivo: anorexia y pérdida de peso extremas, causadas por el VIH mismo.
Diarrea por criptosporidio: diarrea extrema causada por uno de los parásitos que afecta el tracto gastrointestinal.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 50 células/mcl:

Mycobacterium avium: una infección de la sangre causada por una bacteria relacionada con la tuberculosis.
Infección por citomegalovirus: una infección viral que puede afectar casi cualquier sistema de órganos, especialmente el intestino grueso y los ojos.
Además del conteo de CD4, se puede emplear un examen llamado nivel de ARN del VIH (o carga viral) para monitorear a los pacientes. Las pruebas de detección básica de laboratorio y las citologías vaginales regulares son importantes para vigilar la infección por VIH, debido al aumento del riesgo de cáncer cervical en mujeres inmunocomprometidas. Las citologías anales para detectar cánceres potenciales también pueden ser importantes tanto para hombres como para mujeres infectados con VIH.

Tratamiento
En este momento, no existe cura para el SIDA. Sin embargo, se encuentran disponibles varios tratamientos que pueden ayudar a mantener los síntomas a raya y mejorar la calidad de vida de aquellas personas que ya han desarrollado síntomas.

La terapia antirretroviral inhibe la replicación del virus VIH en el organismo. Una combinación de varias drogas antirretrovirales, conocida como terapia antirretroviral altamente activa (HAART, por sus siglas en inglés), ha sido muy efectiva en la reducción del número de partículas de VIH en el torrente sanguíneo, medidas por medio de la carga viral (qué tanta cantidad del virus se encuentra en la sangre). Impedir que el virus se replique puede ayudar al sistema inmunitario a recuperarse de la infección por VIH y mejorar los conteos de células T.

La HAART no es una cura para el VIH. Las personas tratadas con terapia antirretroviral altamente activa y con niveles reducidos de VIH aún pueden transmitir el virus a los demás a través de las relaciones sexuales o el uso compartido de agujas. Sin embargo, esta terapia antirretroviral ha sido enormemente efectiva durante los últimos 10 años. Hay buena evidencia de que si los niveles de VIH permanecen inhibidos y el conteo de CD4 permanece alto (por encima de 200), se puede prolongar y mejorar significativamente la vida de la persona.

Sin embargo, el VIH puede volverse resistente a la terapia antirretroviral altamente activa en pacientes que no toman sus medicamentos en el horario debido cada día. Actualmente, hay disponibilidad de pruebas genéticas para determinar si una cepa particular es resistente a un fármaco en particular. Esta información puede servir para determinar la mejor combinación de fármacos para cada individuo y para ajustar el régimen farmacológico si éste comienza a fallar. Estas pruebas se deben llevar a cabo en cualquier momento en que una estrategia de tratamiento comience a fallar y antes de empezar la terapia.

Cuando el VIH se vuelve resistente a la terapia antirretroviral altamente activa, se tienen que emplear otras combinaciones de drogas para tratar de inhibir la cepa del VIH resistente. Existe una variedad de nuevas drogas en el mercado para el tratamiento del VIH farmacorresistente.

El tratamiento con terapia antirretroviral altamente activa tiene complicaciones, ya que es una combinación de diferentes medicamentos y cada uno con sus propios efectos secundarios. Algunos de estos efectos secundarios comunes son: náuseas, dolor de cabeza, debilidad, malestar general y acumulación de grasa en la espalda ("joroba de búfalo") y en el abdomen. Cuando se utilizan por mucho tiempo, estos medicamentos aumentan el riesgo de ataque cardíaco, quizá incrementando los niveles de grasa y glucosa en la sangre.

Cualquier médico que formule la terapia antirretroviral altamente activa debe hacerle un seguimiento cuidadoso al paciente por los posibles efectos secundarios asociados con la combinación de medicamentos que éste toma. Además, cada 3 a 6 meses, deben hacerse exámenes de sangre de rutina para medir los conteos de CD4 y la carga viral del VIH (un examen que mide cuánto virus se encuentra en la sangre). El objetivo es alcanzar un conteo de CD4 tan cercano a lo normal como sea posible y reducir la cantidad de VIH en la sangre hasta un nivel indetectable.

Se están investigando otros antivirales. Además, los factores de crecimiento que estimulan el crecimiento celular, como eritropoyetina (Epogen) y filgrastim (G-CSF o Neupogen), se utilizan algunas veces para tratar la anemia y los bajos conteos de glóbulos blancos asociados con el SIDA.

También se utilizan medicamentos para prevenir las infecciones oportunistas (como la neumonía por Pneumocystis jiroveci) si el conteo de CD4 está muy bajo. Esto mantiene a los pacientes con SIDA más sanos durante períodos de tiempo más largos. Las infecciones oportunistas se tratan cuando se presentan.

Pronóstico
Actualmente, no existe una cura para el SIDA que es una enfermedad siempre mortal si no se suministra algún tratamiento. En los Estados Unidos, la mayoría de los pacientes sobrevive muchos años después del diagnóstico debido a la disponibilidad de la terapia antirretroviral altamente activa. Esta terapia ha incrementado enormemente el tiempo que las personas con VIH permanecen vivas.

Las investigaciones continúan en las áreas de tratamientos farmacológicos y desarrollo de una vacuna. Infortunadamente, los medicamentos para el VIH no siempre están disponibles en los países en desarrollo, donde la magnitud de la epidemia es incontenible.

Posibles complicaciones
Cuando un paciente se infecta con el VIH, el virus comienza a destruir lentamente su sistema inmunitario, pero la velocidad de este proceso difiere en cada individuo. El tratamiento con terapia antirretroviral altamente activa puede ayudar a retardar o detener la destrucción de dicho sistema inmunitario.

Una vez que el sistema inmunitario está seriamente dañado, esa persona tiene SIDA y en ese momento es susceptible a infecciones y cánceres que la mayoría de adultos sanos no adquirirían. Sin embargo, el tratamiento antirretroviral aún puede ser muy efectivo, incluso en esa etapa de la enfermedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario