domingo, 22 de noviembre de 2009

CONSEJOS PARA LA LACTANCIA

CONSEJOS PARA LA LACTANCIA


Funciones
El cuidado adecuado del pezón, la postura, la frecuencia con que se debe amamantar y otras medidas pueden prevenir muchos problemas comunes de la lactancia materna.

Recomendaciones
Los pezones en las mamas de la mayoría de las mujeres sobresalen ligeramente en reposo y se vuelven erectos al ser estimulados, al igual que con el frío. Durante el embarazo, el pezón y la parte pigmentada que lo rodea (areola) se vuelven gruesos para prepararse para la lactancia materna. Unas glándulas pequeñas que se encuentran sobre la areola, conocidas como glándulas de Montgomery, se hacen más notorias. Éstas contienen un lubricante para evitar que el pezón y la areola se resequen, se agrieten o se infecten.

El uso de jabones y el hecho de lavar y secar las mamas y pezones con rudeza puede causar una extrema resequedad y agrietamiento y por lo tanto se debe evitar. Algunos expertos recomiendan dejar leche sobre el pezón después de amamantar y dejar que se seque para proteger los pezones. El hecho de mantener los pezones secos es importante para prevenir el agrietamiento y la infección. Si los pezones están agrietados, se debe aplicar lanolina al 100% después de amamantar.

CONGESTIÓN

Muchas veces, las mamas se inflaman y se sienten adoloridas durante dos o tres días después del parto. El mejor tratamiento para esto es amamantar al bebé con más frecuencia. También puede ayudar el hecho de sacarse leche con un extractor si se tiene que pasar por alto una comida, o si una comida no alivia el dolor. Consulte con el médico si no hay mejoría después de un día.

POSICIÓN DEL BEBÉ

Para amamantar con comodidad, se requiere una adecuada ubicación del bebé en la mama. Más abajo se detallan algunas pautas a seguir que pueden ayudarle a desarrollar su propia técnica. El hecho de observar a otra persona amamantando o practicar con una madre experimentada o acudir a un especialista en lactancia también puede ayudar.

Posición de cuna:

Siéntese en una silla cómoda, con soporte para los brazos si es posible, y coloque al bebé sobre su abdomen, barriga con barriga. La cabeza del bebé se acuna en la curvatura del brazo suyo, con la cara volteada hacia la mama, quedando las rodillas del bebé debajo de la otra mama. La cabeza, espalda y piernas del bebé deben quedar derechas. Esta posición puede mantenerse durante el transcurso de la alimentación. Si comienza a sentir dolor en el pezón mientras está amamantando, verifique si el bebé se ha ido resbalando hacia abajo y si las rodillas comienzan a voltearse hacia arriba, en vez de estar metidas cerca de su costado.

Posición de fútbol americano o invertida:

Acune la parte posterior de la cabeza del bebé en su mano, con el cuerpo debajo de la mama y en dirección hacia el codo. Coloque una almohada bajo su codo para ayudar a sostener la parte inferior del bebé y utilice la otra mano para sostener la mama. Esta posición le permite controlar la cabeza del bebé y asegura una buena ubicación para que el niño se agarre.

Posición acostada de lado:

Acuéstese de lado con un brazo sosteniendo la cabeza. El bebé puede estar acostado a su lado con la cara de frente a la mama. Acomode al bebé contra su cuerpo y coloque una almohada detrás para apoyarlo.

Rara vez, un bebé puede presentar un trastorno de succión, el cual debe ser observado por un médico. Un especialista en lactancia certificado puede ser de gran ayuda para enseñar al bebé a mamar.

FRECUENCIA PARA AMAMANTAR

La mayoría de los bebés generalmente se alimentan cada hora y media a dos horas y media durante el primer mes. La leche materna es digerida más rápidamente que la leche maternizada o preparado para biberón, de manera que el bebé debe ser alimentado con más frecuencia. Incluso si usted no puede calcular la cantidad de leche que ingiere su bebé, se puede decir que el bebé ha tomado lo suficiente si: se amamanta cada dos o tres horas, si moja de seis a ocho pañales por día y si está aumentando de peso adecuadamente (una libra o unos 500 gramos por mes). La frecuencia de la alimentación en realidad va disminuyendo con la edad, a medida que el bebé puede comer más cantidad en cada comida. De manera que no se desanime; finalmente usted podrá hacer algo más que ¡dormir y amamantar!

AMAMANTAR DURANTE LA NOCHE

Mientras usted estuvo embarazada, el bebé estaba continuamente alimentado y no conoció lo que es el hambre. Después de nacer, los bebés necesitan alimentarse con frecuencia. Durante las primeras semanas, el bebé pide ser alimentado las 24 horas y esto es perfectamente normal. Algunas madres sienten que llevar el bebé a su cama en la noche o colocarlo en un moisés a su alcance les permite atender las necesidades de su hijo sin perder demasiado tiempo de descanso. Otras madres prefieren mantener al bebé en un cuarto separado con un sillón cómodo allí. La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics) recomienda que usted no duerma con su bebé. Aunque se acepta alimentar al bebé en la cama, debe regresarlo a su cuna o moisés al terminar de alimentarlo. Evite dormir con el bebé si usted está muy cansada o está tomando medicamentos que causen somnolencia.

Si regresa al trabajo, no se sorprenda si su bebé quiere amamantarse con más frecuencia por la noche. Si no logra dormir bien con el bebé en la cama, está bien mantenerlo en el mismo cuarto o en un cuarto que esté lo suficientemente cerca como para escucharlo.

Es posible que haya escuchado que la alimentación por la noche puede llevar a lo que solía llamarse caries dental por el biberón. La leche materna de por sí es el alimento más saludable para los dientes de los bebés, de día o de noche. Tiende a disminuir la proliferación de bacterias y la producción de ácido. Sin embargo, cuando la leche materna se alterna con alimentos o bebidas azucaradas, la caries dental puede aparecer más rápido que con el azúcar solo. La alimentación en las horas de la noche puede ser maravillosa, pero evite los refrigerios y bebidas azucaradas para el bebé o el niño que comienza a caminar durante todo el día y, en especial, cerca a la hora de dormir.

SUMINISTRO DE LECHE

Algunas madres dejan de amamantar a sus bebés durante los primeros días o semanas porque sienten que no están produciendo suficiente leche y puede parecer como si el bebé siempre tuviera hambre. Usted no puede calcular la cantidad de leche que el bebé está ingiriendo, así que puede preocuparse de que no esté produciendo suficiente leche. En realidad, la creciente necesidad del bebé de ser amamantado da una señal al cuerpo para que produzca más leche. Ésta es la forma natural en que el cuerpo determina la cantidad de leche que se necesita y proporciona un suministro adecuado.

Las primeras semanas pueden ser difíciles y frustrantes para usted, pero no se rinda. Si puede resistir la tentación de suplementar la dieta del bebé con leche maternizada o de fórmula durante las primeras cuatro a seis semanas, su cuerpo responderá positivamente y producirá un suministro de leche adecuado. El hecho de dar al bebé leche maternizada como suplemento es sólo una manera de engañar al cuerpo haciéndole creer que el suministro actual de leche materna es el apropiado.

PERÍODOS DE CRECIMIENTO RÁPIDO

Alrededor de la segunda semana, y en el segundo, cuarto y sexto mes, parece que el bebé quiere alimentarse "todo el tiempo." Es posible que el bebé quiera alimentarse cada 30 ó 60 minutos, y que permanezca en la mama por períodos más largos. De hecho, puede parecer que lo único que usted está haciendo todo el día es amamantar. Este aumento en el amamantamiento es normal y da una señal al cuerpo para que produzca más leche, ya que el bebé está entrando en un período de crecimiento rápido. En pocos días, el suministro de leche habrá aumentado para proporcionar suficiente leche en cada comida y el bebé comenzará a comer con menos frecuencia y por períodos de tiempo más cortos.

Muchas madres lactantes tienen dificultad para encontrar tiempo para dedicarle a la creciente demanda de alimentación durante este período de ajuste. Con frecuencia, puede ser de ayuda el hecho de comprender cómo y por qué esto sucede, y saber que es algo temporal. Cálmese y disfrute la tarea de alimentar a su bebé; un trabajo que sólo usted puede hacer. Pida y acepte ayuda con otras responsabilidades para disponer de más tiempo libre para la alimentación de su bebé.

EL SÍNDROME DE LAS SEIS DE LA TARDE

Los bebés generalmente parecen inquietos y quieren alimentarse con más frecuencia al final de la tarde y al comienzo de la noche, cuando todos, y especialmente usted, están cansados. Puede que usted se sienta demasiado cansada para amamantar de nuevo o suponga que simplemente no tiene más leche para dar. Puede ser tentador darle a su bebé un biberón con leche maternizada mientras atiende otras responsabilidades.

Pero recuerde, alimentar con biberón al bebé cuando usted está cansada o cree tener poca leche le da una señal al cuerpo de que produzca menos leche, lo que ocasiona más fatiga y frustración para usted y su bebé. Amamantar al bebé cuando éste lo pide es un trabajo de tiempo completo y agotador. Su cuerpo necesita energía para producir suficiente leche, así que asegúrese de estar obteniendo la nutrición, el descanso y el sueño adecuados. Cuidarse bien es necesario para poder cuidar bien a su bebé.

LAS HECES DEL BEBÉ

Las deposiciones o heces del bebé durante los primeros dos días son negras y parecidas al alquitrán (pegajosas y blandas). La lactancia materna temprana y frecuente durante las primeras 48 horas eliminará estas heces pegajosas (meconio) de los intestinos del bebé. Las deposiciones se tornan amarillentas y llenas de granos. Ésta es la consistencia normal de las heces para un bebé amamantado y no debe confundirse con diarrea.

Durante el primer mes, el bebé puede defecar después de cada comida; sin embargo, esta frecuencia disminuye con la edad. No se preocupe si las deposiciones ocurren después de cada comida o cada tres días, en tanto el patrón de defecación sea regular y el bebé se esté desarrollando bien (aumentando de peso).

CONFUSIÓN DEL PEZÓN

La mama y el pezón humanos son muy diferentes a un biberón y su tetina, y el bebé tiene que aprender a adaptarse al tipo de pezón o tetina empleado. La exposición a un biberón con tetina de caucho puede crear confusión de pezón en el bebé y hacer que la lactancia materna sea más difícil, especialmente durante las primeras dos semanas. Después de transcurrido ese tiempo, el suministro de leche estará bien establecido y ambos se sentirán cómodos con la técnica y rutina de la lactancia materna, y el uso ocasional de un biberón con tetina de caucho causará una menor confusión de pezón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario