NEUMONIA
Es una afección respiratoria en la cual hay inflamación del pulmón.
La neumonía extrahospitalaria se refiere a la neumonía en personas que no hayan estado recientemente en el hospital u otro centro de atención en salud (clínica particular, centro de rehabilitación).
Ver también: neumonía intrahospitalaria
Causas
Los gérmenes llamados bacterias, virus y hongos pueden causar la neumonía.
Las formas como usted puede contraer esta enfermedad abarcan:
Las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca pueden propagarse a los pulmones.
Usted puede inhalar algunos de estos gérmenes directamente hacia sus pulmones.
Usted inhala alimento, líquidos, vómito o secreciones desde la boca hacia los pulmones (neumonía por aspiración)
La neumonía causada por bacterias tiende a ser la más grave. En los adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía.
El germen causante de neumonía más común en adultos es el Streptococcus pneumoniae (neumococo).
La neumonía atípica, con frecuencia llamada neumonía errante, es causada por bacterias tales como Legionella pneumophila, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydophila pneumoniae.
La neumonía por Pneumocystis jiroveci algunas veces se ve en personas cuyo sistema inmunitario está alterado (debido al SIDA o a ciertos medicamentos que inhiben el sistema inmunitario).
Staphylococcus aureus, Moraxella catarrhalis, Streptococcus pyogenes, Neisseria meningitidis, Klebsiella pneumoniae o Haemophilus influenzae son otras bacterias que pueden causar neumonía.
La tuberculosis puede causar neumonía en algunas personas, sobre todo aquéllas con un sistema inmunitario débil.
Los virus también son una causa frecuente de neumonía, sobre todo en bebés y niños pequeños.
Ver también: virus sincicial respiratorio
Los factores de riesgo (afecciones que aumentan las probabilidades de contraer neumonía) abarcan:
Fumar cigarrillo
Infección viral respiratoria reciente (resfriado común, laringitis, gripe)
Disfagia (debido a accidente cerebrovascular, demencia, mal de Parkinson u otros trastornos neurológicos)
Enfermedad pulmonar crónica (EPOC, bronquiectasia, fibrosis quística)
Parálisis cerebral
Otras enfermedades graves, tales como cardiopatía, cirrosis hepática o diabetes mellitus
Vivir en un asilo para ancianos
Alteración de la conciencia (pérdida de la función cerebral debido a demencia, accidente cerebrovascular u otros trastornos neurológicos)
Cirugía o traumatismo reciente
Problema del sistema inmunitario (Ver también: neumonía en huésped inmunocomprometido)
Síntomas
Los síntomas más comunes de neumonía son:
Tos (con algunas neumonías usted puede expectorar una mucosidad amarillenta o verdosa o incluso moco con sangre
Fiebre que puede ser leve o alta
Escalofríos con temblores
Dificultad para respirar (puede únicamente ocurrir cuando sube escalas)
Los síntomas adicionales abarcan:
Dolor torácico agudo o punzante que empeora cuando usted respira profundamente o tose
Dolor de cabeza
Sudoración excesiva y piel pegajosa
Inapetencia, baja energía y fatiga
Confusión, especialmente en las personas de mayor edad
Pruebas y exámenes
Si usted tiene neumonía, es posible que esté haciendo un esfuerzo para respirar o que esté respirando rápido.
Las crepitaciones se escuchan al auscultar el tórax con el estetoscopio. También se pueden escuchar otros ruidos respiratorios anormales a través del estetoscopio o a través de una percusión (dar golpecitos con los dedos sobre la pared torácica).
El médico probablemente ordenará una radiografía del tórax si tiene sospechas de neumonía.
Algunos pacientes pueden necesitar otros exámenes, como:
Conteo sanguíneo completo para verificar el conteo de glóbulos blancos
Gasometría arterial para ver si está llegando suficiente oxígeno a la sangre en los pulmones
Tomografía computarizada del tórax
Tinción de Gram y cultivo de esputo para buscar el organismo causante de los síntomas
Cultivo de líquido pleural si hay presencia de líquido en el espacio que rodea los pulmones
Tratamiento
El médico debe decidir primero si usted necesita o no estar en el hospital. Si usted recibe tratamiento en el hospital, recibirá líquidos y antibióticos por vía intravenosa, oxigenoterapia y posiblemente tratamientos respiratorios. Es muy importante que los antibióticos se empiecen poco después de ingresar al hospital.
Usted tiene mayor probabilidad de ser hospitalizado si:
Tiene otro problema médico serio
Tiene síntomas severos
Es incapaz de cuidar de sí mismo en casa o es incapaz de comer o beber
Es un niño pequeño o tiene más de 65 años
Ha estado tomando antibióticos en casa y no está mejorando
Sin embargo, muchas personas pueden tratarse en casa. Si las bacterias están causando la neumonía, el médico intentará curar la infección con antibióticos. Puede ser difícil para el médico saber si usted tiene una neumonía viral o bacteriana, de manera que puede recibir antibióticos.
Algunas veces, a los pacientes con neumonía leve que por lo demás son sanos se les trata con antibióticos macrólidos orales (azitromicina, claritromicina o eritromicina).
A los pacientes con otras enfermedades serias, como cardiopatía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema, nefropatía o diabetes con frecuencia se les administran uno de los siguientes medicamentos:
Fluoroquinolona (levofloxacina (Levaquin), esparfloxacina (Zagam), gemifloxacina (Factive) o moxifloxacina (Avelox).
Amoxicilina o amoxicilina-clavulanato en dosis altas más un antibiótico macrólido (azitromicina, claritromicina o eritromicina).
Antibióticos de cefalosporina (por ejemplo, cefuroxima o cefpodoxima) más un macrólido (azitromicina, claritromicina o eritromicina)
Si la causa es un virus, los antibióticos típicos no serán eficaces. Algunas veces, sin embargo, el médico puede usar medicamentos antivirales.
Usted puede tomar estas medidas en el hogar:
Beber mucho líquido para ayudar a aflojar las secreciones y sacar la flema.
Descansar mucho. Procure que alguien más realice las tareas domésticas.
No tomar antitusígenos sin hablar primero con el médico, ya que éstos pueden dificultarle al cuerpo la expectoración del esputo extra.
Controlar la fiebre con ácido acetilsalicílico (aspirin ), antinflamatorios no esteroides (AINES, tales como ibuprofeno o naproxeno) o paracetamol. No le dé ácido acetilsalicílico a los niños.
Pronóstico
Con tratamiento, la mayoría de los pacientes mejora al cabo de dos semanas. Los pacientes de edad avanzada o débiles pueden necesitar tratamiento por más tiempo.
Las personas que tienen mayor probabilidad de tener neumonía complicada abarcan:
Adultos mayores o niños muy pequeños
Personas cuyo sistema inmunitario no trabaja bien
Personas con otros problemas médicos serios, como diabetes o cirrosis del hígado
Es posible que el médico quiera constatar que la radiografía del tórax vuelva a ser normal después de tomar una tanda de antibióticos. Sin embargo, pueden pasar muchas semanas para que las radiografías se aclaren.
Posibles complicaciones
Las posibles complicaciones abarcan:
Insuficiencia respiratoria que requiere un respirador o ventilador.
Empiemas o abscesos pulmonares que son complicaciones de la neumonía poco frecuentes, pero graves. Ocurren cuando se forman cavidades de pus alrededor o dentro del pulmón, y algunas veces pueden requerir drenaje con cirugía.
Sepsis, una afección en la cual hay hinchazón (inflamación) incontrolable en el cuerpo, lo cual puede llevar a insuficiencia de órganos.
Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), una forma severa de insuficiencia respiratoria
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte con el médico si presenta:
Síntomas respiratorios que están empeorando.
Dificultad para respirar, escalofríos o fiebres persistentes.
Respiración rápida y con dolor.
Tos que produce moco sanguinolento o de color mohoso.
Dolor de pecho que empeora al toser o inhalar.
Sudores nocturnos o pérdida de peso inexplicable.
Signos de neumonía y un sistema inmunitario debilitado, como con VIH o quimioterapia.
Es posible que los bebés con neumonía no presenten tos. Llame al médico si el bebé hace ruidos roncos o si el área debajo de la caja torácica se está retrayendo mientras respira.
Prevención
Lávese las manos frecuentemente, en especial después de sonarse la nariz, ir al baño, cambiar pañales y antes de comer o preparar alimentos.
No fume, ya que el tabaco daña la capacidad del pulmón para detener la infección.
Las vacunas pueden ayudar a prevenir la neumonía en los niños, los ancianos y personas con diabetes, asma, enfisema, VIH, cáncer u otras afecciones crónicas:
Vacuna antineumocócica (Pneumovax, Prevnar) reduce las posibilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.
Vacuna antigripal que previene contra la neumonía y otros problemas causados por el virus de la influenza. Se debe administrar anualmente para proteger a la persona contra nuevas cepas virales.
Vacuna Hib que previene contra la neumonía en niños a causa del Haemophilus influenzae tipo b.
Una droga llamada Synagis (palivizumab) se administra a algunos niños menores de 24 meses para prevenir neumonía causada por el virus sincicial respiratorio.
Por otro lado, si usted tiene cáncer o VIH, hable con el médico acerca de las formas adicionales de prevenir la neumonía y otras infecciones.
sábado, 21 de noviembre de 2009
NEUMONIA
Etiquetas:
ecalofrios,
expectoracion,
fiebre,
hipertermia,
neumococ,
NEUMONIA,
respiracion rapida,
tos,
virus
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario