domingo, 22 de noviembre de 2009

PIE DE ATLETA

PIE DE ATLETA


Es una infección en los pies provocada por hongos y su denominación médica es tiña podal. Esta afección puede durar por poco o mucho tiempo y puede reaparecer después del tratamiento.

Causas, incidencia y factores de riesgo
El cuerpo alberga normalmente una variedad de microorganismos, entre ellos, bacterias y hongos, algunos de los cuales son útiles para el organismo; mientras que otros pueden multiplicarse rápidamente, bajo las condiciones apropiadas, y causar infecciones. El pie de atleta ocurre cuando un tipo particular de hongo crece y se multiplica (especialmente entre los dedos de los pies) o menos comúnmente, en las manos.

De las infecciones micóticas conocidas como infecciones por tiña, el pie de atleta es la más común. Puede presentarse al mismo tiempo que otras infecciones micóticas de la piel, tales como la dermatofitosis y la tiña inguinal. Estos hongos proliferan en zonas cálidas y húmedas. El riesgo de desarrollar esta afección se incrementa si:

Se usa calzado cerrado, especialmente recubierto con plástico
Se mantiene la humedad en los pies durante períodos prolongados
Se presenta sudoración abundante
Se desarrolla una lesión menor en las uñas o en la piel.
El pie de atleta es contagioso y se puede transmitir por contacto directo o por contacto con artículos tales como zapatos, calcetines y superficies de piscinas o duchas.

Síntomas
El área afectada por lo general está roja y con picazón y el síntoma más común es la piel agrietada, en escamas y que se desprende entre los dedos de los pies. Se puede tener la sensación de quemadura o picadura y a veces puede haber ampollas, supuración o costra. Además de los dedos de los pies, los síntomas del pie de atleta se pueden presentar en talones, palmas de las manos y entre los dedos de las manos.

Si el hongo se disemina hacia las uñas, éstas pueden presentar decoloración, engrosamiento e incluso desmoronamiento.

Ver también infección micótica de las uñas.



Signos y exámenes
El diagnóstico se basa principalmente en la apariencia de la piel y en caso de llevarse a cabo exámenes, estos pueden incluir:


Cultivo de piel (los hongos tomados de partículas de piel se pueden cultivar en el laboratorio)
Biopsia de lesión de piel (el examen puede mostrar hongos bajo el microscopio)
Examen KOH de lesión de piel (los raspados de piel en el hidróxido de potasio muestran hongos bajo el microscopio)


Tratamiento
Se pueden administrar medicamentos antimicóticos tópicos de venta libre para ayudar a controlar la infección, ya sea en polvo o en crema, que generalmente contienen clotrimazol, miconazol o tolnaftato. Una vez que se resuelve el pie de atleta, se debe continuar con el medicamento de 1 a 2 semanas después de que la infección haya desaparecido de los pies para evitar su recurrencia.

Además:

Se deben mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
Se recomienda lavar bien los pies con jabón y agua y secar el área completamente y con mucho cuidado, al menos dos veces al día.
Se deben usar medias limpias de algodón y cambiarlas, al igual que los zapatos, lo más frecuentemente posible para mantener los pies secos.
El pie de atleta casi siempre responde bien al cuidado personal, aunque puede recurrir. Para prevenir futuras infecciones, se recomienda seguir los pasos que aparecen en lista en la sección de Prevención.

Las infecciones crónicas o severas que no responden al cuidado personal durante 2 a 4 semanas y el pie de atleta que recurre con frecuencia pueden requerir un tratamiento posterior por parte de un médico. Es posible que sea necesario administrar medicamentos antimicóticos recetados más fuertes, entre los cuales se pueden mencionar los medicamentos tópicos como el ketoconazol o terbinafina y las pastillas. Los antibióticos pueden ser necesarios para tratar las infecciones bacterianas secundarias que se presentan además del hongo (por ejemplo, por rascarse).

Expectativas (pronóstico)
Las infecciones del pie de atleta van de leves a severas, pueden durar poco o mucho tiempo y pueden persistir o recurrir, pero generalmente responden bien al tratamiento. Es posible que se requiera el uso de medidas preventivas y medicamentos a largo plazo.

Complicaciones
Recurrencia del problema
Infecciones cutáneas bacterianas secundarias como la celulitis
Linfangitis, linfadenitis
Efectos secundarios sistémicos de los medicamentos (ver el medicamento específico)
Situaciones que requieren asistencia médica
Se debe acudir al médico inmediatamente si:

El pie está hinchado y caliente al tacto, especialmente si tiene líneas rojas, ya que estos son signos de una posible infección bacteriana. Otros signos pueden ser pus u otro tipo de secreción y fiebre.
La persona padece de diabetes y desarrolla pie de atleta.
Asimismo, se debe acudir al médico en caso de que los síntomas no desaparezcan dentro de un mes de utilizar medidas de cuidados personales.

Prevención
Para prevenir el pie de atleta, se deben seguir estas medidas:

Secar completamente los pies después de bañarse o nadar
Usar sandalias o chancletas en los baños y piscinas públicas
Cambiar los calcetines lo más frecuentemente posible para mantener los pies secos, mínimo diariamente
Utilizar talcos antimicóticos o de secado como medida preventiva en caso de que la persona sea propensa a este problema o tenga una exposición constante a áreas en donde se sospecha su presencia (como los baños públicos)
Usar zapatos bien ventilados y preferiblemente hechos de un material natural como el cuero. Se recomienda alternar el uso de los zapatos diariamente, de tal manera que cada par se puede secar completamente mientras se usan otros zapatos. Igualmente, se deben evitar los zapatos con revestimiento de plástico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario